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La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de València, a propuesta del Área de Desarrollo Urbano que gestiona la vicealcaldesa Sandra Gómez, ha acordado proteger las viviendas del barrio obrero Ramón de Castro, en el distrito de Patraix, a través de una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Con la misma intención de poner en valor el patrimonio urbano, también se ha aprobado la evaluación ambiental de la modificación del Catálogo Estructural de Bienes Protegidos de la ciudad para incorporar los paneles cerámicos de la fachada del edificio situado en la calle Russafa, 53.

El barrio obrero Ramón de Castro es un conjunto de pequeñas viviendas que fue construido para albergar a los trabajadores que vinieron a la ciudad tras una emigración masiva debida al proceso de industrialización, a finales del siglo XIX.

Actualmente, parte de ese conjunto de viviendas se encuentra fuera de ordenación, al estar sobre suelo calificado en el PGOU como red viaria, aunque ya están protegidas en el Catálogo Estructural de Bienes y Espacios Protegidos. Con esta modificación se actualiza la calificación del suelo sobre el que se levantan estas viviendas, dejándolas definitivamente dentro de ordenación. La modificación mejora además la definición del espacio público en este ámbito, al prever la peatonalización de parte de la red viaria y la creación de una zona verde, mejorando así la seguridad de la zona y su calidad urbana.

La vicealcaldesa Sandra Gómez ha explicado: “Damos así un paso más en una actuación que pone en valor y conserva el patrimonio histórico y cultural del barrio de Patraix. Junto con el Plan Especial del Núcleo Histórico de Patraix, pretendemos facilitar y fomentar la conservación y la rehabilitación de los edificios tradicionales que forman parte de la identidad y la historia del barrio”.

Con la misma vocación de proteger el patrimonio urbano, la Junta de Gobierno Local también ha aprobado la evaluación ambiental de la modificación del Catálogo Estructural de Bienes Protegidos de la ciudad para incorporar al mismo los paneles cerámicos existentes en la fachada del edificio situado en la calle Russafa, 53. Se trata de dos paneles cerámicos, de 1913, de más de dos metros de altura cada uno, que se sitúan en el centro de la fachada principal a la altura de la primera y segunda planta del edificio.

Los motivos florales en ambos paneles son idénticos, con la diferencia de la forma de la hornacina. Representan ambos una planta alargada con formas geométricas, con un tallo recto y coronada con hojas y flores.

“Con esta catalogación, reconocemos el valor de estos elementos, para el barrio de Russafa y para el conjunto de la ciudad, teniendo en cuenta la tradición cerámica de nuestra ciudad, y el valor del diseño modernista de la época”, ha concluido Gómez.